¿Quién es la mujer que te ayuda a brillar con luz propia? ¿Quién es capaz de sacar lo mejor de ti sin casi proponérselo? Seguro que en estos momentos hay un nombre (o dos, o tres) que te ha venido a la mente, ¿verdad? Son esas personas "vitamina" que tienen el poder de potenciar nuestro brillo interior. Por esa razón, con el firme convencimiento de que juntas somos más fuertes, en esta quinta temporada de la serie Mujeres Que Brillan desarrollada por Philips Lumea, en ELLE.ES, hemos querido conocer a fondo la historia de más mujeres inspiradoras de la mano de aquellas personas que consiguen elevar su brillo hasta el infinito y más allá. En este primer episodio de esta quinta temporada, contamos con dos protagonistas de excepción: Paloma Blanc, madre y "feliz superviviente" de 9 hijos, como ella misma se presenta, y creadora del perfil "7 pares de katiuskas", de la cuenta "Decorando con Katiuskas", autora del libro "La maravillosa aventura de ser madre" y todo un terremoto de vitalidad. Junto a ella, su madre, Cristina, la orgullosa matriarca de una gran familia que cuida con dedicación y cariño. "La familia es un tesoro a cuidar. El sitio natural donde nos queremos y nos cuidamos", nos cuenta. Y ellas, dos auténticas joyas que brillan con luz propia. Compruébalo por ti misma. DENTRO VÍDEO ¿Cómo comienza "7 pares de katiuskas"? Todo empezó cuando tenía 7 hijos. En aquella época, todo el mundo me preguntaba: "¿Cuántas lavadoras pones, cuántos litros de leche compras?" Tuve que hacer reposo y empecé un blog, que leía muy poca gente, sobre todo mi madre que entraba muchas veces para que tuviera más visitas... (se ríe). Instagram fue el salto natural. La verdad es que me encanta. Y la gente está encantada contigo. ¿Cuál es la clave de tu éxito? Puede ser el sentido del humor o la alegría y la naturalidad. Yo hago stories sin ningún tipo de filtro, en pijama muchas veces, y contando la realidad de la vida. Creo que es lo que la gente necesita escuchar. ¿Cómo consigues no perder nunca el ánimo? Lo perdí en una época de mi maternidad, y aprendí a reinventarme como madre para que no me volviera a pasar, para que mis hijos no me recordaran llorando o enfadada, incluso proyectando en ellos el estrés de mi propia desorganización. Tienes 9 hijos entre los 20 y los 3 años… ¿Cómo se gestiona eso? Con muchísima paciencia, no solo mía y de mi marido, sino de ellos. En época de exámenes, imagínate: tengo dos en la universidad, uno en bachillerato a punto de la selectividad... y esto mezclado con una niña de tres años que no entiende cuándo se tiene que callar, un niño de 9 que es una bomba de relojería, una niña de ocho que está todo el día cantando... ¿Qué nos sorprendería encontrar si nos presentáramos en tu casa sin avisar? En mi casa siempre hay muchísima gente. Y una organización bastante trabajada. Al final hemos aprendido a organizarnos, para que no nos pueda la vida. Y hemos aprendido a tener menos cosas, las necesarias, porque, o las cosas o la gente. Prefiero tirar un jersey a tirar un hijo (sonríe). Cuando queráis, podéis venir; mi casa es de puertas abiertas. También tienes un perfil deco: @decorandoconkatiuskas. ¿Cómo surge la idea? A mí siempre me ha encantado la decoración, esto es algo heredado de mi madre. El sueño de mi vida siempre ha sido tener una casa en Asturias, y hace dos o tres años lo conseguimos. "Decorando con katiuskas" es una decoración muy práctica y muy pensada para mis nueve hijos, a pesar de que he puesto sofás blancos en el salón y nadie se lo explica (sonríe). ¿Consigues encontrar tiempo para ti misma? A mí me ha costado porque, sobre todo cuando los niños son muy pequeños, priorizas el cuidado de tus hijos. Pero es necesario encontrar tiempo para una misma, y para la pareja. Muchas veces las parejas priorizan tanto a los hijos que no se cuidan, y cuando los hijos crecen se pueden encontrar que son dos desconocidos. Yo no necesito mucho tiempo para mí, pero, bueno, sí que voy encontrando mis momentos. Ahora canto en un musical... También me he apuntado a un gimnasio 150 veces y no lo he conseguido... Algún día lo haré... ¿de 3 a 4 de la mañana? Hubo un tiempo que decidiste dejar fue Instagram. ¿Qué ocurrió? Al principio todo fue muy rápido. Tres meses después de abrir la cuenta ya tenía ocho mil seguidores y se me fue la olla. Me obsesioné. Mis seguidores, mis likes... Yo ya no veía a mis hijos, veía la foto que podía hacer de mis hijos. Hasta que un día me cayó un rayo del cielo que me dijo: "Lo estás haciendo fatal, esto no es lo que tú querías". Entonces, cerré la cuenta, y la dejé aparcada tres meses sin publicar, con un síndrome de abstinencia horroroso, con muchas ganas de volver. Solo volví cuando entendí que ya estaba preparada y, en vez de ser mi prioridad número uno, era la número 5. Ahora lo tengo más dominado. Aunque hay días que me sigo pasando al lado oscuro y pienso: demasiado tiempo, tengo que cortar. Es un ejercicio de autocrítica importante: poder verte desde fuera y decir: "Ostras, hasta aquí". Somos una generación a la que nuestros hijos nos recordarán mirando un móvil y no mirándoles a los ojos. Creo que en el futuro nos pasará factura. Yo a veces pienso que estoy eligiendo a 166 mil personas a las que no conozco por encima de mi marido y de mis hijos. Creo que podremos llegar a un equilibrio, se trata de no perder el norte. ¿Qué le dirías a esa Paloma primeriza si pudieras? Le diría que se relajara y que disfrutara, que el viaje es muy rápido. Hay veces que me da pena pensar que a los mayores les di menos besos de los que quería. Y ahora les doy besos y, claro, me mandan a tomar vientos… Le diría que bajemos el listón. Las mujeres tenemos el listón muy alto, se nos exige la perfección y eso es imposible. La perfección no existe. No existe y sus hijos tampoco la quieren. Sus hijos la quieren a ella, con sus macarrones apelmazados, con el cuento inventado que es un desastre y bueno, con el chupetón de saliva que te echa para quitarte la mancha. Así es como nos quieren. Eso es lo que reivindicas en tu libro: "La maravillosa aventura de ser mamá". Así es. En los momentos más intensos cuesta darse cuenta y mirarlo con perspectiva, pero luego a veces pienso: "Ojalá pudiéramos mirarnos a nosotros mismos y vernos desde fuera", y estoy segura de que nos daríamos cuenta de que lo estamos haciendo bien. ¿Ese es tu lema? Sí, yo lo repito mucho: estamos haciendo algo grande, lo estamos haciendo bien. Cuando tienes un hijo te lo entregan en el hospital con la mochila de la culpa, esto lo dice mucho Malasmadres. Ahora conciliar es imposible: trabajar fuera de casa, ser la mejor madre, la mejor pareja, la que mejor cocina, la que mejor recibe... es imposible, pero lo estamos haciendo bien. Fuera culpas. ¡A disfrutar! Hoy pasas a formar parte de la historia de Mujeres Que Brillan en ELLE.ES. ¿Quiénes son las mujeres con más luz que conoces? Hay muchas mujeres que a mí me dan luz: compañeras de trabajo, que me facilitan la vida y la conciliación; mis hermanas, son unas cracks, y mis cuñadas también; amigas fieles que me dan luz y energía e indiscutiblemente, la persona que más luz me da, y me dio a luz además, es mi madre. EL JUEGO DE LAS TARJETAS Cuando conoces en persona a Cristina, la madre de Paloma, entiendes al instante de dónde ha heredado su hija la elegancia, la alegría y la cercanía que la han llevado a conquistar las redes. De casta le viene al galgo, como se suele decir. Cristina, orgullosa madre de ocho hijos y abuela de 39 nietos, habla con la dulzura y la tranquilidad del que sabe que no tiene que alzar la voz para hacerse oír. Le basta con sonreír para obtener toda la atención. Hoy, la hija de una antigua lectora de ELLE en su versión francesa -como ella misma nos cuenta- y madre de nuestra protagonista, se convierte en la cómplice perfecta para ayudarnos a vislumbrar todas las facetas del brillo interior de su hija . Esa chispa única que, ya avanzamos, ella ha ayudado a encender. Cristina: ¿Cómo es Paloma como hija? La primera tarjeta que lee Cristina no deja lugar a dudas de que estamos hablando con la madre de la protagonista: "Paloma es mi cuarta hija de ocho, y es muy rica (risas). Siempre lo fue, es una niña muy muy generosa y muy hospitalaria. Cuando ingresaron a su padre en el hospital (no era una cosa grave, pero sí la primera vez que iba en una ambulancia), la llamé y le dije: "Están llevando a papá al hospital". Ella iba conduciendo al trabajo, puso el indicador a la derecha y se vino directamente. Así es Paloma. Tiene muchísimo corazón. Es muy buena. Con sus padres también. Y muy buena hermana. Y muy creativa. Y puedo seguir..." (se ríe). Paloma: ¿Cómo definirías a tu madre? Paloma tampoco duda cuando le toca el turno de describir a su madre: "Mi madre es el colmo de la alegría. Cuando éramos todos pequeños, y llegábamos a casa y no estabas, a todos nos faltaba algo. Y cuando llegabas y nos decías desde la puerta: 'Holaaa', ese hola viajaba por toda la casa hasta que bu , se nos metía a todos dentro. Esa sensación no ha dejado de existir nunca". Cristina: ¿Tú anécdota favorita para contar en las reuniones familiares? Cristina sonríe cuando le llega el turno a la siguiente tarjeta: "Estoy últimamente muy batallitas, cuento demasiadas cosas, tengo que tener cuidado…", bromea. "Cuando tú no estás", le dice a su hija, "comentamos cosas sobre katiuskas", confiesa. "A veces me entero más por 7 pares de…", señala Cristina, y Paloma es quien continúa la frase: "... que por mis llamadas", y se ríen la dos. Cristina nos cuenta cómo son esas reuniones familiares: "Lo pasamos muy bien, cantamos mucho. Somos muy cantarines, ella especialmente, tanto que canta en un coro. Tiene un oído, como se dice, ¿redondo, perfecto?". "Se dice absoluto, pero no es verdad", contesta Paloma. "Tiene un oído absoluto -sentencia su madre-, pero es una gaita. Cuando íbamos en los viajes, íbamos todos cantando, y empezaba -bromea imitando su voz-:"No, no, no, no es exactamente". "Es verdad -contesta Paloma riéndose-, se me sube la ceja". Paloma: ¿En qué te ha sorprendido tu madre como abuela? La creadora de 7 pares de katiuskas lo tiene claro: "Que tiene 39 nietos y parece que solo tienes uno. Son 39 nietos únicos. Dedicas el tiempo que hace falta a cada uno de ellos. Si detectas que hay algo que uno no ha hecho bien respecto a los demás o puede mejorar en algo, le coges y le dedicas el tiempo que necesitas". Su madre lo explica: "A veces cuesta, con cariño se puede decir todo". "Con mucho cariño y un armario lleno de cosas ricas", bromea su hija. "Sí, eso también", coindice entre risas Cristina. Cristina: ¿Por qué dirías que Paloma tiene una luz especial? A Cristina se le ilumina el rostro cada vez que habla de su hija: " Tiene una luz especial por su bondad. Es una persona buena, es muy buena. Esa luz de la bondad es una maravilla", nos cuenta. "Yo creo que eso es posible que venga un poco de papá", señala Paloma. Su madre se muestra totalmente de acuerdo. Paloma: ¿En qué te pareces a tu madre y en qué te gustaría parecerte más? "Yo creo que me parezco a ti un poco en la alegría. Yo miro la vida con mucho optimismo, como tú. Y me gustaría parecerme más a ti en que, pase lo que pase en tu vida, siempre tiras para adelante", reconoce Paloma ante su madre. Cristina se ruboriza: "Nos estamos echando demasiados piropos. ¡Yo creo que hay que decir alguna barbaridad", bromea. Cristina: ¿En qué te recuerda tu hija a ti misma? "Me recuerda mucho en la alegría, en sabe r que todo se puede convertir en algo positivo, incluso en lo malo. Al final todo lo que pasa es para bien, y darse cuenta de eso es importante también. Y tú eres muy alegre, y muy hospitalaria también, te metes en cada lío..." dice riéndose. "En eso nos parecemos. Siempre hemos sido muy organizadoras", coincide Paloma. Paloma: ¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado nunca? "Me has dado muchos. Cuando era pequeña siempre me acordaré de que tú me decías: 'No pongas cara de asco". Su madre no puede evitar reírse y puntualiza: "Eso les pasa a tus hijas un poco". Paloma lo reconoce: "Si alguien cantaba mal o algo yo ponía caras... Tú me perseguías, y ahora yo persigo a mis hijas". Pero no es el único consejo que lleva grabado a fuego Paloma: "Ahora, como madre, eso de que el tiempo pasa muy rápido me hace vivir mi maternidad de otra manera, intentando disfrutarla día a día porque lo estoy comprobando, pasa demasiado rápido y no quiero tener que arrepentirme algún día". Cristina lo explica: "Cuando los niños son pequeños te asfixia la vida, te asfixia, te parece que es imposible vivir así, y lo sorprendente es que pasan en seguida unos pocos años y de repente son autosuficientes, no hay que estar bañándoles, y pasan unos pocos años más, y ya forma parte de las tertulias, y un poco más... Eso que te agobia ahora, hay que saber que se pasa relativamente pronto, y no hay que dejarse vencer". Cristina: ¿Cuál es la cualidad que más admiras de tu hija? Al principio, Cristina no se decide, pero cuando empieza no para: "Es que está llena de cualidades, ¿qué le vamos a hacer? -se excusa-. Desde luego, eres una creativa nata. Desde que eras pequeña, eres una fuerza de la naturaleza. Tienes un don. Si hay que regalar a un cumpleaños a alguien, ¿a quién le preguntamos? Porque se te van a ocurrir ochenta cosas rarísimas. Además, es muy trabajadora, muy divertida, canta bien… y es muy buena. Eso ya lo he dicho, pero es una persona de buen corazón, y eso es una maravilla. Esa combinación… Bueno, también podría contar alguna cosa..." bromea. "¡Di las malas, por favor!", le pide su hija. "¿Que llamo poco?", la anima. "Quizás podrías llamar más", reconoce su madre entre risas. "Entiendo que no te da la vida. Ella es terriblemente hospitalaria, nos acoge a todos… está llena de cosas ideales por las que doy gracias a Dios. Te podría decir de mis ocho hijos cosas muy bonitas, porque es verdad. Vuestro padre tuvo mucho que ver. Era un hombre moderno en su momento. Sois un grupo estupendo, la verdad". Paloma: ¿Por qué crees que tu madre brilla con luz propia? "Solo hay que verla, solo hay que verte -le explica Paloma a su madre-. El otro día me decía una persona del sitio donde vives que cuando pasas tú hay como un rayo, como un haz de luz, y yo pensaba, es verdad. Sobre todo, también, porque siempre va sonriendo. A mí me encanta cuando te quedas retrasada en la calle y miramos para detrás. No es porque vayas lenta, es porque te paras con todo el mundo. Eso lo hacía la abuela". Cristina se emociona: "Teníamos un ejemplo buenísimo en mi madre". "Pues eso te pasa a ti", le dice Paloma. "Porque a la gente le gusta estar contigo, porque contagias la alegría que te caracteriza. Y por eso brillas", confiesa. Su madre quiere puntualizar esto último: "Y saber que nos ha pasado muchas cosas malas también, las cosas que les pasa a todo el mundo. Pero es una batalla que se puede dar... ¡Qué cantidad de tonterías!", se ríe de repente Cristina. "¿Demasiado cursi?", pregunta su hija. Cristina aclara: "Todo lo que decimos es verdad, no me arrepiento de nada, pero...", ella duda. Su hija le sigue la broma: "¿Decimos tacos?". Y ella recoge el guante: "Somos palabroteras. A mí me reñían mucho en el colegio porque decía tacos, o sea, que puedo empezar a decir barbaridades", 'amenaza' entre risas Cristina. Mejor no llevarle la contraria... Vídeo DoP: Cristóbal Prado. Fotos: Daniel Alea. Estilismo: Sandra Muñoz. Maquillaje y peluquería: Manu Moreno (Nuria Sanz). Producción: Chus Casarrubios. Agradecimientos al vivero Verdecora Los Peñotes.